O Agnieszce

Agnieszka Koncewicz-Sambor nació en Katowice y se mudó unas 20 veces en su vida. Es una especie multiplanetaria, lo mismo ama a Olkusz, Barcelona o Reykjavik. No tiene raíces, pero su casa nunca ha estado en el suelo. Si Elon Musk estuviera listo con su nave espacial Dragon, ella definitivamente estaría viviendo en Marte ahora.

 

Amante de la motorización, los gatos, el street art y la moda. No solo toma decisiones „irregular choice” con respecto al calzado, sino que la inspira cualquier estado de aberración: un agujero quemado en el mantel, hipo o coca-cola sin gas.

Encuentra amigos en el aseo, a través de Internet, bajo un paraguas en concierto „Męskie Granie” cuando de repente empieza a llover. Extrae energía de ellos, pero también se preocupa por su destino. Siempre lleva consigo un talismán que les puede regalar, un tipo del escudo contra los espíritus oscuros, una moneda de la suerte, toda una famila de muñecas guatemaltecas que ayudan a librarse de preocupaciones. En sus sueños ve algunas antípodas, rocas lunares, bosques y extraterrestres. Luego despierta a Michał para contarle sus visiones inmediatamente, o … pinta. Pinta para liberar energía y dársela a los demás. Nos extiende su dedo, como en la pintura en la Capilla Sixtina, enciende su hotspot personal y abre Bluetooth de nuestra imaginación.

Magdalena WK